"Una fiesta con muchos sobresaltos"



No sé qué porcentaje de hombres y mujeres debe haber en este ePaís.  Desde luego no me he puesto a analizar esta cuestión, sobre todo porque debe ser un castigo ponerse a estudiar la ficha de cada eciudadano para comprobar con qué sexo real se registró. Eso nos llevaría a descubrir que  nuestros eciudadanos (en su gran mayoría) son muy caprichosos, les gusta jugar al travestismo y lo mismo meten la imagen de una flor, de un famoso,  o de cualquier cosa que no tiene nada que ver con su registro real, con el objeto de falsear los datos y recibir a cambio una morbosa satisfacción. ¿Quién puede afirmar que una delicada flor con registro de mujer no sea en realidad un hombre… o incluso un admin camuflado?
Parece ser que al nuevo gobierno esto sí le preocupa. Han descubierto la posibilidad de tener entre nosotros “infiltrados indeseables” que utilizan estos métodos engañosos para ¿espiarnos?  Muchos de los componentes del gobierno llevan tiempo viviendo aquí y ahora que les toca a ellos el mandato descubren esa  inquietante posibilidad; mientras que una simple eciudadana hace tiempo que sospecha de todo el que se le cruza porque cree firmemente que el sistema en sí es un engranaje de espionaje sobre cada uno de sus componentes. 
Debido a estas sospechas, el nuevo gobierno ha puesto en marcha un organismo al que han bautizado como Centro Nacional de Inteligencia, eCNi,  que en realidad viene a ser un organismo de inspección y control “para velar por el bien de nuestra sociedad”, explican ellos.  Su Director, con la excusa de solicitar agentes colaboradores, ha convocado un evento cuyo objetivo en el fondo es  darse a conocer.
Nuestra Lantanique ha sido invitada, no porque sea nadie en esta eciudad sino porque quien ha organizado esa fiesta cree que le faltan floreros a sus salas.
Y allí va, sola y decidida , movida más que nada por la curiosidad de conocer a esos eciudadanos “importantes” pero también con el deseo oculto de encontrarse por casualidad con el tutor mudo o con su ejefe (bueno mejor dicho su exjefe con el que aún tiene una cita pendiente este fin de semana) o incluso con su eamigo indeseable…




Mi vecino se ha ofrecido a llevarme a la fiesta en su taxi. Me dice que voy muy elegante. Sus palabras me infunden seguridad. Últimamente mi vecino ha cambiado, se ha vuelto más delicado y cuida mucho su lenguaje. Cuando lo miro ya no veo aquella imagen surrealista del pulpo con sus tentáculos y sus ojos salidos. Al ir a bajarme del vehículo me coge la mano, acercando su cara a la mía, casi susurrando,  me dice que me puede venir a recoger, que lo llame si lo necesito. Y se despide con un beso en la cara y un “que te diviertas”.  Mientras me alejo  sigo notando su aliento cálido recorriéndome el cuerpo, pero claro, yo soy muy imaginativa.


Como era de esperar no me he encontrado con ninguna de las pocas mujeres conocidas que tengo en esta eciudad así que he tenido que hacer la pasarela yo solita, bajo las atentas miradas de los presentes y con la precaución de no tropezar en las escaleras, porque siempre he temido caerme cuando percibo que me observan.




Me ha venido a saludar el anfitrión con una copa de cava en la mano. Me ha presentado a unos cuantos asistentes, algunos de ellos con cargos importantes, pero como estaban muy ocupados hablando de temas de Estado me han dedicado poco tiempo.


A lo lejos he visto una cara conocida, el teleco de la nave donde trabajaba. Me ha explicado que al quedarse en paro buscó salida en el sector inmobiliario. Ahora con los cambios que se van a producir con la V2 hay que mover el mercado y por eso ha montado una franquicia de compra-venta de inmuebles. Me imagino que espera sacar grandes beneficios engatusando a los ingenuos compradores; y yo por lo visto estoy en su punto de mira porque ya me  ha dado su tarjeta insistiendo en que tiene una preciosa casa Q3 ideal para mí y que quiere que la vea.


También me ha dicho que el informático loco ha cambiado la tecnología por la milicia de élite y ahora es una autoridad militar, Mariscal de Campo creo que dijo. Lo mismo si me paseaba por las salas me lo podía encontrar y, puesto que fuimos tan amigos, seguro que se alegraría de verme.






Empiezo a aburrirme en esta fiesta. Una de las salas está más en penumbra que el resto y me adentro para sentarme un rato y poderme descalzar,  porque ya no siento los pies con los taconazos que llevo. Estaba masajeándolos cuando descubro la presencia de una Sombra en una esquina, junto a un gran ventanal. Se sienta a mi lado y sin mediar palabra me coge un pie, me lo empieza a acariciar y lo levanta un poco hasta la altura de su boca, con intención de lamerlo, o eso me pareció porque no le dí tiempo ni a sacar la lengua.  Es un tipo raro, no le veo la cara porque lleva una especie de túnica… debe ser un gótico, digo yo. Me dice que no es su intención molestarme que sólo quería comprobar el color de uñas de mis pies. El color morado le encanta  (no sé cómo lo ha visto si estamos casi a oscuras) y sin cortarse un pelo me pregunta si mi ropa interior también es de ese mismo color. No sé qué contestar, me ha pillado por sorpresa, pero no me deja pensármelo porque me ofrece un trago de su copa y más que un ofrecimiento es una orden pues me lo he bebido sin ni siquiera preguntar qué mejunje es.


A partir de ahí me veo saliendo de la fiesta acompañada por este ser extraño. El Mariscal de Campo me sigue con la mirada pero no hace nada por retenerme, ni siquiera nota que  le estoy pidiendo que me rescate de esa situación, será porque las palabras no me salen de la boca, y lo veo empequeñecer desde la ventanilla trasera del coche que no sé adónde me lleva. 


¿Otra fiesta? A esta no he sido invitada pero me abren paso todos porque voy acompañada de la “Sombra” que me mete en una habitación a solas con él, me sienta en un sillón y me ata las manos con un pañuelo de seda. No quiere lastimarme sólo ponerme en situación. Yo sólo pido que alguien venga a sacarme de allí porque esta situación no me pone nada, y menos cuando veo que se coloca frente a mí y empieza a quitarse la túnica.


http://dai.ly/q9u52J

Me he quedado paralizada, pero ¿qué tipo de perversión estúpida es está? 


No sé si reír o llorar. No me oigo a mí misma pero percibo la presencia de alguien más. Es el tutor mudo, me hace signos con la mano de que vaya hacia él, mientras la “Sombra” sigue como en trance con su numerito.




Me desata y me agarro fuertemente a mi tutor, quiero decirle con palabras que  se quede conmigo toda la noche porque no quiero que vuelva a desaparecer, pero sólo puedo mirarlo fijamente a la cara y transmitirle ese deseo porque la voz no me sale del cuerpo. 






Todo me parece un sueño espantoso con un salvador que llega en los momentos cruciales.




Me acuna en sus brazos mientras me tranquiliza como a una niña tras una pesadilla.




Y me despierto del sueño medio aturdida, pero en mi propia cama. Abro un poco los ojos y allí estoy desnuda, aunque no recuerdo haberme desvestido yo misma… Vuelvo a cerrar los ojos y percibo la respiración de otro cuerpo a mi lado, detrás de mí, una respiración cálida y relajada. Lo rozo con mi mano para comprobar que es cierto y  su pierna se coloca sobre mi cadera. Noto cómo su dedo baja desde la nuca hacia la cintura y cómo su lengua que toca imperceptiblemente mi lóbulo izquierdo  lo empieza a mordisquear. La mano se desliza por mi nalga y se introduce entre mis piernas. Estoy  a punto de abrir los ojos, volverme y colocarme encima de mi tutor mudo, pero quiero apurar al máximo  todas estas sensaciones tan agradables y lo dejo seguir, haciéndole creer que aún estoy dormida.  Un tímido gemido me descubre y entonces noto su boca pegada a mi oído diciéndome bajito: haz conmigo lo que quieras, nena….


Me giro sobresaltada y preguntándome qué hace allí, en mi cama, desnudo, mi vecino





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