No progreso adecuadamente


Es inquietante recibir un mensaje de Halesios por medio de su fiel correveidile Platón.


Me pide que vaya a su morada privada, donde se ha trasladado para hacer los preparativos de no sé qué  celebración.

Me dejo  arrastrar hasta allí porque un vicio malsano me invade.

En mi fuero interno me domina la curiosidad. No es la primera vez que Halesios aprovecha esta debilidad mía para  acercárseme, aunque siempre con resultados negativos.
Me pregunto si solicita mi presencia para vengarse de la  jocosa situación en que se vio este verano, en el  velero, apurado por el insistente mareo que lo dejó sin consumar sus deseos. Todo por culpa de mi sangría de cava  y otras sustancias….



Casi se me escapa una carcajada al recordarlo, pero la ahogo en el justo momento en que se abre la puerta y Halesios, con una sonrisa cínica, me invita a entrar.

Me adentro en una gran sala con escasa decoración -y eso que el tipo está “forrao”-.
Domina el espacio un gran sofá verde -¿color pistacho o limón del Caribe?, en cualquier caso, color horrible- donde me hace sentar  y donde no sé cómo ponerme. Acabo con la cadera inclinada, apoyando una mano en el cojín del asiento y rasgando la tela con la uña (gesto que denota claramente  que me estoy inquietando).  Él se coloca en un extremo y visto así, desde mi posición ladeada, me hace sentir incómoda. No hay duda de que quiere marcar distancias.



El elemento discordante es Platón. Sentado  al otro lado, como convidado de piedra, pero haciendo de “vela”. ¿Acaso Halesios necesita guardaespaldas para hablar conmigo? ¿Teme que lo vuelva a  encerrar en el baño, como ocurrió en el camarote del velero?

-Ma chère lantanique (pronunciado con énfasis pero acariciando las sílabas: lantaníkkk) ¡Qué gusto me da verla! (uso de la "politesse"característica de los franceses).

La hipocresía en una norma social en este eMundo. La mayoría de eciudadanos la dominan a la perfección. Yo la acepto con benevolencia, asumiendo que es una actitud necesaria para la econvivencia. En los casos en que la practico, cometo siempre la torpeza de acabar siendo sincera, o sea, cruel a ojos de mi interlocutor.

Me propongo mostrarme cordial  y paciente, abierta a escuchar lo que Halesios tenga que decirme, sin el escudo protector que me caracteriza cuando intuyo que algo puede ir mal. Pero mis alertas se disparan cuando me lanza la primera pregunta.
-¿Cuál  es tu objetivo en esta eVida?

Platón mira de reojo mi dedo que  se mueve nervioso rascando la tela del sofá.



Intento responder pero Halesios me detiene y sigue hablando en tono paternal:
- No ansías medallas. No buscas reconocimiento por tus habilidades empresariales. No aspiras a entrar en el ámbito político ni militar. Tampoco te dedicas a crear multis, arriesgándote a que te descubran mis admins, como hacen otros por aquí. Lantanique: por no ser, no eres ni “troll”.

La estúpida mujer que hay en mí se empieza a bloquear y se le atropellan las ideas en la mente.
-Sólo quiero que me equieran.
-¿Cómo dices? – y Halesios endurece el gesto recordando lo esquiva y despreciable que se ha mostrado en las ocasiones que él la quiso tener.

Una especie de flashback lo transporta a aquella noche en el camarote. El mejor camarote de su velero. Tumbado a su lado la veía repetida en cada uno de los espejos que tapizaban las paredes de ese caprichoso camarote. Cuerpos lantánicos en diversas posiciones que lo mareaban… La puñetera embaucadora no dejaba de moverse.



-¿Por qué no puedes ser como el resto de eciudadanas? Ayudar a los nuevos acólitos como LolaMoreno o la desparecida Skaycita. Participar en política y economía como eBelinda. Luchar por tu ePaís como… como hacen todos. Pero claro, si tú hasta hace poco no sabías ni lo que significaban las siglas BH!!! “Marca de bicicleta”, decías, y te preguntabas para qué demonios luchaba la gente por una bicicleta en este eMundo.

La estúpida mujer que hay en mí se empieza a hundir y siente ganas de llorar.
Balbuceo que ahora pertenezco a una milicia, Gudariak , y que elimino a 25 enemigos cada día, o casi cada día.

- Producir, consumir y luchar. En eso se basa todo nuestro ciclo vital. No cumples las misiones. Nunca has hecho uso del acceso a “referrer”para invitar amigos, y eso que hace poco coloqué uno bien visible. Sencillamente, no te interesa traer nuevos seres a este eMundo, - cosa que algunas mujeres lo llevan innato en su código genético-.
Eso sí, tienes la puñetera manía de spamear el servidor con mensajes privados, distrayendo a mis admins, que se pasan el rato riendo con tus conversaciones.


Por tu culpa últimamente muchos de ellos han bajado el rendimiento y han causado graves errores en el sistema, provocando la ira de aquellos eciudadanos que sí se toman la eVida en serio.

En un intento de defenderme con algo más contundente le respondo que tengo un periódico y que la gente me lee. Que incluso este mes soy juez en el concurso periodístico de Sumsura.

-Mira chèrie, el módulo periodístico está puesto sólo para dejar que la gente se desfogue un poco. No es fácil ser Magnate de los Medios, esa  medalla que tú despreciativamente llamas  Media Mongul.  Fíjate, casi dos años aquí y sólo 188 suscriptores, mientras que otros en un solo día consiguen muchos más.
Personalmente, no me interesa que la gente se anime a escribir demasiado, sólo hago la vista gorda y permito trampas con los votos a aquellos que escriben banalidades. Es mejor que el vulgo piense poco. Tú piensas demasiado, Lantanique.

Me cruzo de brazos en actitud de aparente indiferencia. Pero sólo aparente porque todas sus palabras han ido horadando el muro de piedra con el que intento protegerme. Muro que se derrumba al decirme con un deje de desprecio: “Este eMundo no es para bordes encantadoras”.  Con su eterna sonrisa de amable hipócrita me invita a abandonarlo,  aduciendo  que no hay motivos para seguir más aquí.

En resumen:  Que no he progresado adecuadamente en todo este tiempo y no me he adaptado a las expectativas fijadas.

A la estúpida mujer que hay en mí el corazón se le hace gelatina.  Gelatina que se transforma en una especie de lava viscosa que busca salida y no puedo contener. Platón me alarga un pañuelo para que mis lagrimones no destrocen la tapicería caribeña.



Sujetándome por el brazo, en tono cariñoso, Halesios me acompaña hacia la puerta. Nuestra conversación ya ha terminado:
 -Eso era todo Lantanique.  Te informo, por si lo quieres considerar, que el eSuicidio está bien visto en nuestro eMundo. Pero si prefieres el anonimato progresivo no tendré inconveniente en concederte esa opción.



¿Por qué me miras así, Platón?
-No sé señor.  A Lantanique algunos la aprecian. Los admins la apreciamos. Tú mismo la aprecias, sino ¿por qué ese semblante de tristeza?
-Sí, es verdad. Esa borde encantadora… Vigílala Platón. No dejes que se vaya. Ni que haga una tontería.









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