Eres para mí

Con el último ejemplar de "La Avutarda" en mis manos, me dirigía esta mañana a mi cafetería favorita para acompañar su lectura degustando una taza de chocolate bien caliente. Sólo de pensarlo aceleré el paso pues las tripas me rugían exigiendo menos deseos y más acción.


A lo lejos, un grupo de eciudadanos histéricos colapsaba la entrada de la sede del PON, Partido Otaku no sé qué más. 
Siendo día de elecciones pensé que lo mismo regalaban algo a cambio del voto así que, como me picó la curiosidad, me desvié de mi camino, obviando el retortijón que los jugos gástricos me provocaron al saber que se quedaban sin poder alcanzar el éxtasis de la ingestión de aquel líquido espeso, dulce y calentito. 






Al mezclarme con aquella gente recordé que había recibido en mi localizador una invitación para la “subasta morada” del PON alentándome a votar por mi poni preferido. 






Casi a empujones conseguí avanzar. Las chicas que salían del recinto estaban como en trance (supongo que elucubrando de dónde podían sacar más dinero para seguir pujando).  Las que entraban revolvían el batiburrillo de objetos que cargaban en sus bolsos para reunir el máximo de dinero y superar las apuestas ya realizadas. Entre la muchedumbre también había hombres, por supuesto, algunos incluso ecasados…






La primera zona que recorrí fue la de las chicas. La mercancía se exhibía eufórica haciendo poses histriónicas para llamar la atención.




Alguna aprovechaba para liberar su armario de ropa inútil que ya no le gustaba y la ofrecía a cambio de la donación.




De repente me tuve que apartar para dejar pasar a unos enfermeros con una camilla. Por lo visto un tipo había pujado tan fuerte por una de ellas que no sabían si se le había rajado el esfínter  o  se le habían salido las hemorroides.






Decidí no apostar por ninguna de las poneras. Para histéricas ya tengo bastante conmigo misma. Y pasé a la zona más concurrida por todo tipo de eciudadanos.  Allí, expuestos como jamones en una bodega, había un buen surtido de cuerpos dispuestos a regalar unos minutos de su tiempo a quien pagara más por ellos.






Al primero que ví fue a Anarion. 
Me saludó presumiendo mientras lustraba su piel con un aceite perfumado y, por lo visto, alucinógeno ya que Picias había enloquecido metiéndole los billetes por la entrepierna de su slip. Quizás su relación ematrimonial se había convertido ya en algo rutinario y convencional y buscaba nuevas experiencias, o quizás fue culpa de las feromonas masculinas afrodisiacas que desprendía el cuerpo de aquel ponero…




Con tanto efluvio masculino yo también me estaba mareando.


Eligius, aquel alevín de mi pecera, me sonreía para que apostara por él.  






Pol_con_O con sus manos de peluche hizo amago de acariciarme prometiendo treinta minutos de conversación abrasadora. 






Y entre ellos, uno con pinta de Osito se hacía el mimosín.


http://open.spotify.com/track/4RL6hBWuKxpXRtFG7sa2Vp


Oí que alguno decía que, siendo catalana, seguramente habría venido sin el monedero para no gastar ni un ESP… 
Y entonces le ví también a él. Me miraba divertido señalando los billetitos que asomaba por su ingle. 
¿Por qué tenía que estar precisamente allí? ¿Quién pujó por él? ¿Por qué?




Si yo quisiera podría apostar por todos en esa subasta e incluso comprarlos, pero el premio era tan ridículo que no sabía si participar o irme directamente. Mis tripas se revolvían gritando que me fuera de una vez. Sin embargo me relajé y me puse a hacer mis cálculos.






Y no fue buena idea. Quedarme dando vueltas por allí, no fue buena idea.




Ahora formo parte de la exhibición al mejor postor. Y no sé ni cómo ha sido.

















1 comentario:

  1. aah! jajaja este lo recuerdo!me estuviste hablando del grupo Marciana,alque luego me enganche xD,y ahora me he acordado nuevamente (bajando)

    ResponderEliminar