Ojos que no Ven, con Razón que no Sienten


Las noches a tu lado son más cálidas. Abrazado a tu cintura, dejo que mi cabeza repose en tu hombro, que mi respiración te sirva de arrullo mientras mi nariz se impregna del perfume de tu cabello. 
Pero no duermo tranquilo, y a ratos me despierto como hoy, de madrugada, con la sensación de que ya no estás conmigo. Y, como hoy, con un codo sobre la almohada y mi mano aguantando mi cabeza, te observo, durmiendo de lado, dándome la espalda. Oigo el suave murmullo de tu respiración, a veces entrecortada, y por unas décimas de segundo me inquieto por si has dejado de evivir.
La luz tenue que se abre paso por la ventana perfila tu silueta e ilumina el trocito de espalda que se vislumbra entre las sábanas. Me incita a tocarte y humedezco uno de mis dedos con mi lengua para deslizarlo por tu cuerpo, escribiendo las letras que componen mi nombre. Lentamente dibujo una V y tú, ajena a esos movimientos en tu piel, sigues dormida. Pienso que contigo esta habitación es mucho mejor que el mismísimo eCielo…  "
Pero esto  es un juego, Lantanique”. 
Y te lo digo mentalmente porque soy incapaz de decirlo con palabras.




Halesios sonríe satisfecho al leer en la mente de este eciudadano la determinación de irse. Los cambios que ha introducido en el eMundo, no por maldad sino por interés, han hecho su efecto. Las rebeliones de brasileños y franceses contra eEspaña no dejan impasibles a personajes como éste que, en su afán por defender su epaís, no dudará en atender las peticiones de las nuestras Fuerzas Armadas o de cualquier milicia.


Mientras siente esas caricias húmedas en su piel, Lantanique cierra los ojos para evitar que se le escape una lágrima. Últimamente entra de incógnito en los irc y lee los artículos que aparecen en su perfil y sabe que ya no es tiempo de cerezas. Se les agotó el tiempo en esa habitación. Suavemente se da la vuelta, como si aún estuviera dormida, y posando su pierna sobre la cadera de él se deja estrechar en un abrazo que Halesios les concede, por ser el último.




Las palabras que él le susurra al oído, se pierden entre besos y caricias “… lo siento muchísimo…sabes que me encanta estar contigo…serán pocos días…”




Fuera, en calle, Lantanique no se da cuenta de los cambios que se han producido hasta que un aviso en su localizador le informa que Lisboa ha sido conquistada por Brasil en la guerra contra España


Entonces descubre que no tiene acceso a su dinero. En su inventario no hay comida. No hay nada. No hay ni un billete para viajar; y aunque los tuviera tampoco podría irse porque en ese maldito eMundo no se puede salir del ePaís mientras estés empleado en una empresa. Justamente su ejefe actual  no le hace ni caso así que, si no la despide pronto no le quedará más remedio que pulular por allí intentando pasar desapercibida.


Qué passou? Preciso ajuda!!! Ónde é el meu dinheiro?

He mandado un grito para ver si Vok me localiza, pero parece que él ya no siente nada.
Por las calles lisboetas la gente anda como louca




Los brasileños festejan su victoria y algunos me miran mal.




Entre la multitud a lo lejos veo una cara conocida, la llamo a voces pero parece no darse cuenta de mi presencia.
Y justo cuando llego a su altura dos tipos nos echan mano y nos meten juntas en un vehículo para llevarnos retenidas. “Jodidas espanholas, agora ides saber o que é bom”
Trato de disimular mi procedencia poniendo en práctica mi “Curso Básico de Portugués online”, pero los dos tipos me hacen saber que, para convencerlos, he de pasar la prueba del pandero brasileño




Por salvar el pellejo lo intento, pero no logro convencerlos porque mi anatomía no tiene las dimensiones mínimas reglamentarias para superar la prueba con éxito. Personalmente agradezco no tener esas dimensiones… De todas formas intuyo que mis movimientos no han pasado desapercibidos y las miradas libidinosas de esos dos tipos, y de Luna también, me dejan un tanto preocupada.




Encerrada en un cuartuco oscuro con Luna a mi lado, espero que alguien nos mande unos billetes para trasladarnos lejos de aquí. No me puedo dormir porque esta chica ronca como un cosaco. Y no sé si es por el cansancio de todos los acontecimientos del día o qué pero, mirándola de cerca, me percato que se parece un poco a un eciudadano que ya pasó a mejor vida, según va contando su eViuda.





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